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LA BIBLIOTECA DE LA ISLA DE EEA (2): LOS CULTOS MISTÉRICOS Y LA TRADICIÓN ESOTÉRICA OCCIDENTAL.


Muy buenas tribalistas, aquí vuestra servidora Circe retransmitiendo desde la isla de Eea. Antes de nada, una aclaración léxico-semántica. Voy a emplear el término culto como "conjunto de ritos y liturgias con los que se honra a lo divino y sagrado". Sí, lo sé, es una palabra que no gusta en el mundo pagano y brujeril, pero no nos engañemos, en el mundo antiguo existieron también muchos cultos y religiones, que no dejan de ser una parte fundamental de la tradición esotérica occidental.


Eh, eh, eh, un momento, antes de empezar, cuestiones léxico-semánticas


Así que hoy me propongo adentraros en el fascinante mundo de los Cultos Mistéricos y, si me lo permitís, os voy a hacer un pequeño "spoiler": no hace falta irse muy lejos para encontrar respuestas a nuestras inquietudes.

¿Pero qué nos estás contando?

Los Cultos Mistéricos son un fenómeno muy interesante que se desarrolla a lo largo de la Europa Mediterránea en torno al siglo IV a. C y perduran durante los tres primeros siglos de nuestra era hasta que fueron prohibidos por el edicto de Tesalónica de 380, promulgado por el emperador Teodosio I:


"Queremos que todos los pueblos que son gobernados por la administración de nuestra clemencia profesen la religión que el divino apóstol Pedro dio a los romanos, que hasta hoy se ha predicado como la predicó él mismo, y que es evidente que profesan el pontífice Dámaso y el obispo de Alejandría, Pedro, hombre de santidad apostólica. Esto es, según la doctrina apostólica y la doctrina evangélica creemos en la divinidad única del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo bajo el concepto de igual majestad y de la piadosa Trinidad. Ordenamos que tengan el nombre de cristianos católicos quienes sigan esta norma, mientras que los demás los juzgamos dementes y locos sobre los que pesará la infamia de la herejía. Sus lugares de reunión no recibirán el nombre de iglesias y serán objeto, primero de la venganza divina, y después serán castigados por nuestra propia iniciativa que adoptaremos siguiendo la voluntad celestial"

Código Teodosiano 16. 1. 2

En su origen fueron festivales de las estaciones y cultos agrarios ligados a una región concreta. Aunque es estas zonas mantuvieron su esencia tradicional, fuera de ellas asumieron nuevas formas, lo cual implicó también una reinterpretación alégorica de estas antiguas prácticas ceremoniales. Los nuevos cultos transformaron a ciertos dioses locales en deidades salvadoras y universales y, lo más importante, satisfacían las necesidades espirituales a nivel individual: daban certidumbre y apoyo para lidiar con un mundo, entonces, cambiantte y aseguraban el bienestar en el Más Allá.

Os adelanto que sobre este tema habrá más de un post, ya sabéis lo que me gusta hablar, hablar y hablar. Bueno, pues vamos a ello. Primero unos rasgos generales y después nos centraremos en uno de los Cultos Mistéricos más importantes, el Orfismo.


¡Allá vamos!




Los Cultos Mistéricos tienen varios rasgos en común: el primero es que son iniciáticos, es decir, se debe solicitar el acceso, ser admitido y luego ir ascendiendo de nivel conforme se van cumpliendo diferentes exigencias. El segundo es un fuerte componente filosófico, es decir, las bases teóricas se asientan en conceptos trascendentales y metafísicos, desde las corrientes pre-socráticas, pasando por el pitagorismo y las helenísticas. Y el tercero, si bien estos cultos eran conocidos e incluso algunas fiestas se hacían al aire libre en presencia de otros ciudadanos, normalmente, se componen de grupos elitistas y de clase social media-alta.

Bien, el Orfismo, como es evidente, se centraba en la figura de Orfeo, personaje que muchos conoceréis por su mito: famoso por su talento para la música, se enamoró locamente de Eurídice, la cual le correspondía en igual medida. Pero, por desgracia, ella muere, sumiendo a su amado en la desesperación. Orfeo decide entonces bajar al Inframundo y rogar a Hades que la libere. Tras superar varias pruebas, llega a su destino pero sus ruegos son rechazados. Entonces Perséfone, la Reina de Hierro, oye que un joven músico ha llegado a su reino y, al sentir una gran curiosidad, piden que lo traigan a su presencia. Orfeo le explica el motivo de su misión, y tras tocar varias melodías, ablanda su corazón y le concede su deseo, pero con una condición, no podrá mirar a su amada hasta que salgan del Más Allá. Orfeo y Eurídice cogidos de la mano, pero ella detrás de él para cumplir lo pactado, empiezan su ascenso, pero justo cuando iban a llegar a la superficie Orfeo, deseoso de ver el rostro de Eurídice, se gira y entonces ella desaparece, perdiéndola para siempre.



¡Qué triste! Todos somos Orfeo




Bueno, y os estaréis preguntando: "Circe, todo esto está muy bien pero ¿En qué creen los órficos?". El Orfismo cree en la dualidad del ser humano, es decir, que está compuesto por un alma inmortal y un cuerpo físico, al que ven como una cárcel o prisión. Para volver a su estado original y divino, el alma se va purificando. ¿Cómo? Reencarnándose. Sí, queridos tribalistas, en la Europa mediterránea ya se hablaba de todo esto antes de que conociéramos las religiones orientales. De esta forma, los órficos lo que pretendían era, por un lado, purificar su alma y, por otro, evitar la reencarnación, vamos, romper lo que hoy llamáis la Rueda del Samsara. ¿Qué? ¿Cómo os quedáis?


¿Y cómo lo hacían? Pues mediante rituales e invocaciones a los dioses y una celebración de preparación para la muerte llamada "teleté". Estos rituales habían sido creados por Orfeo tras su paso por el Inframundo. Pero, vamos por partes. De los primeros nos han quedado los famosos "himnos órficos", que se recitaban dentro del ritual sagrado, donde cantaban coros acompañados de una lira de siete cuerdas, tocada de acuerdo al influjo astrológico y a la deidad al que iban dirigidos. Al canto se unía también la danza. Vamos que hacían unas invocaciones nivel "pro": buscaban la canalización divina a través de trances producidos por medio de la música. Y como no hay mejor muestra que un botón, aquí tenéis el himno órfico dedicado a Hécate, que me han dicho que es muy popular en el mundo pagano-brujeril actual:

A HÉCATE

La Madre del Mundo

Enodia, Triple Hécate, adorable Señora

de los seres terrestre, acuáticos, del sideral espacio:

subterránea, envuelta en amarillo manto.

¡Protégenos, con los oscuros espíritus que rondan tus lobregueces!

¡Loor a ti, Persea, deidad solitaria!

Tú que posees las claves del mundo, infalibles,

que retozas con los ciervos, cazadora nocturna,

soberana invencible conducida por toros,

Ninfa guiadora, nutricia, que vagas por los montes,

escucha a los suplicantes que con sus santos ritos tu poder reverencian,

y conduce a los pastores de elevada naturaleza, a nuestro lado.

Sí queridos, invocaban a Hécate como Guardiana de las Puertas y Gran Diosa Liminal

En el Orfismo había ciertas deidades de vital importancia, una era Hécate, porque abría la puerta del conocimiento a los iniciados, y el otro Dioniso, porque encarnaba el arquetipo de Loco Sagrado, aquel que canaliza la energía divina. Al ser un culto mistérico e iniciático, no tenemos muchos detalles de las prácticas que se realizaban en los rituales, pero por poetas griegos (como Diodoro o Pausanias) sabemos que hacían sacrificios, que las ceremonias de iniciación incluían la ingestión de carne cruda para después guardar largos periodos de ayuno y que practicaban libaciones con agua, leche y vino. Pero creo que lo que más os puede interesar es el simbolismo de algunos objetos rituales. El primero son la presencia de la luz y el fuego. Así por ejemplo, en un fragmento de "Los Cretenses" de Eurípides un iniciado habla de cómo lleva su vida con total pureza:



"(...) Tras haber celebrado los truenos del noctívago Zagreo

y los banquetes de carne cruda,

y ofrecido las antorchas a la Madre montaraz

junto a los Curetes,

fui llamado Baco, una vez santificado"

E. Cret. Fr. 2.

Adivina, adivinanza, ¿Quién es la Madre montaraz?

Las antorchas iluminaban las celebraciones nocturnas, pero también tenían su simbolismo para el fiel: significaban la iluminación espiritual, la catarsis y la purificación. Mientras que el fuego, además de estar asociado a Dioniso, era empleado para quemar las ofrendas, es decir, magia de transformación. Otro elemento era la corona. Normalmente los iniciados la llevaban de mirto, una planta vinculada a Deméter, Perséfone y el Inframundo. Otro textos también hablan de hinojo, álamo blanco y hiedra. Os recomiendo encarecidamente que busquéis los usos mágicos de estas plantas, os sorprenderá saber cómo son de antiguas ciertas tradiciones.





Sí, tribalistas, aquí está una parte de los orígenes de la magia occidental.




Como he dicho al principio, todos estos rituales iban destinados a conseguir la inmortalidad en el Más Allá. Según las creencias griegas, cuando el alma del difunto llegada al Inframundo, se le obligaba a beber de la Fuente del Olvido, este detalle para los órficos era fundamental porque eso nos condenaba a la reencarnación. En su lugar, ellos pretendían beber de la Fuente de la Memoria, lo cual permitía romper el ciclo de encarnaciones y devolver al alma su verdadera inmortalidad. Todos los rituales iban destinados a aprender el manejo de las llamadas "láminas órficas", unos talismanes con fórmulas e inscripciones que ayudaban al difunto en su tránsito ultraterreno. Eran de un tamaño pequeño, por lo que la simbología era la mínima indispensable. Pero los iniciados tenían el conocimiento para poder emplearlas, ya que se les había enseñado a lo largo de su práctica en los diferentes rituales. En los textos que se conservan encontramos referencias a los objetos que os comentado antes, sagrados por su simbología, como el vino, la corona o la purificación. Además, contaban con una serie de contraseñas que el iniciado debía decir cuando llegara al reino de Hades, e incluso instrucciones, como vemos en el lámina de Farsalo (350 - 330 a. C), conservada en el Museo Nacional de Atenas:


"Hallarás en la mansión de Hades, a la diestra, una fuente

y junto a ella, un albo ciprés erguido.

¡A esa fuente no te aproximes ni un poco!

Más adelante hallarás, de la laguna de Mnemósine,

agua que fluye fresca. Y a su orilla hay unos guardianes

que te preguntarán qué necesidad te trae hasta ellos.

Y tú les dirás absolutamente toda la verdad;

di: "De Tierra soy hijo y de Cielo estrellado.

Mi nombre es Asterio. De sed estoy seco; dadme pues de beber de

la fuente"".

Sí, lo sé, es mucha información. Pero quiero que os quedéis con varios puntos. El primero es la existencia de unos cultos que forman parte de la tradición esotérica europea, más allá de la magia ceremonial salomónica. El segundo es la importancia de la Magia, en este caso, Alta Magia. En el Orfismo los rituales estaban destinados a la purificación de los practicantes, conseguir el favor de los dioses y la guía del difunto en el Más Allá, para lo cual empleaban una simbología muy concreta, que persiste a día de hoy. Sin olvidar las invocaciones, acompañadas de una música tocada según las circunstancias astrológicas. Vamos, que los órficos eran magos y magas de primer nivel. ¡Ah! ¡Claro! Se me olvidaba, en el Orfismo las sacerdotisas están perfectamente documentadas, os pongo de ejemplo la conocida como "inscripción de Mileto" (276 a. C):



" Cuando la sacerdotisa ofrezca las ofrendas en nombre de la ciudad, que a nadie le esté permitido disponer la comida de carne cruda antes de que la sacerdotisa la disponga y que no le esté permitido a nadie reunir el tíaso antes del público (...) Si alguna mujer quiere realizar un sacrificio a Dioniso, que le entregue a la sacerdotisa las honras debidas, vísceras, riñones, intestino, parte sagrada, lengua, pierna cortada en la cavidad. Y si alguna mujer quiere celebrar los ritos en honor a Dioniso Baquio en la ciudad, en el territorio o en las islas, entregue a la sacerdotisa un estatero cada dos años"

Al principio os he comentado que no hace falta irse muy lejos para encontrar respuestas. Como veis, no es necesario viajar al Tíbet para saciar nuestras inquietudes sobre la reencarnación, porque está más cerca de lo que pensamos.

Hasta aquí la entrada de hoy. Abajo, como siempre, tenéis toda la bibliografía. Espero que la lectura no os resulte muy aburrida, pero ya os lo dije en mi presentación: la historia, incluida la pagana y la brujeril, no siempre es amena.



Vuestra servidora Circe os manda mucho amor desde la Isla de Eea.


Y Mr. Darcy también os lo manda

BIBLIOGRAFÍA.

- GONZÁLEZ ESCUDERO, Santiago: "Los mitos de la cosmogonía órfica como introducción al Pitagorismo", Revista El Basilisco, 9 (1980), pp. 9 - 19.

- JIMÉNEZ SAN CRISTOBAL, Ana Isabel: Rituales Órficos, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2002.

- MARTÍN HERNÁNDEZ, Raquel: El Orfismo y la Magia, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2006.

- MAYNADÉ, Josefina: Himnos Órficos, Editorial Diana, 1973.

- Orfeo y el Orfismo. Nuevas perspectivas (ed. Alberto BERNABÉ, Francesc CASADESÚS, Marco Antonio SANTAMARÍA), Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010.

- Orfeo y la tradición órfica (ed. Alberto BERNABÉ PAJARES, Francesc CASADESÚS), 2 vol., Akal, 2008.

- SANCHÉZ ORTIZ DE LANDALUCE, Manuel: "Ritual y sacrificio en las Argonaúticas órficas", Fortunatae: Revista canaria de Filología, Cultura y Humanidades Clásicas, 5 (1993), pp. 169 - 184.

- SIRKS, Adriaan J. B.: The Theodosian Code: a study, Éditions de Quatorze Septembre, 2007.

- TRIPTOLITIS, Antonia: Religions of the Hellenistic-Roman Age, Eerdmans, 2001.

CRÉDITOS PORTADA:

- John W. Waterhouse, Circe ofreciendo la copa a Ulises, 1891. Gallery Oldham, Oldham (Great Manchester).

Imágenes usadas al amparo del "uso permitido según el artículo 17 de la ley europea".

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