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Manejando el pesimismo: La valla 99 y la cooperación


Urano viejuno



URANO ES UNA PIEDRA GORDA Y PESADA QUE TODO LO REMUEVE

Este fin de semana la luna transitará por los signos de Cáncer y Leo, mientras Urano sigue su tránsito por los signos de las relaciones personales, lo que hará que algunos de nosotros recibamos buenas noticias de los amigos del pasado y familiares. Pero las sensaciones generales siguen siendo duras, con una tendencia general a la soledad y la cerrazón. Un caparazón bien sellado nos evita contactos dolorosos con los demás y desilusiones. Pues bien, ésta será la prueba a superar en los próximos meses, porque si queremos ver nuestros proyectos vitales salir a delante y nuestra personalidad seguir evolucionando en armonía y paz, la cooperación es la clave. ¡Nada de ostracismos!


LAS COSAS ESTÁN MUY CHUNGAS


Maeve, reflexionando sobre lo divino y lo humano



Durante las últimas semanas , en las que he dado a luz proyectos por los que he estado trabajando duro y por los que he hecho muchos sacrificios durante el último año y medio, he estado haciendo algunos estudios de capacitación para hacer de mi página y de mi negocio on line unas herramientas más útiles. He leído artículos sobre el abandono masivo de los usuarios de Facebook de esa plataforma y del lento declive de Twitter. Para mi, Facebook no es una herramienta publicitaria, sino el lugar de contacto con mis amistades, mis clientes, dónde tomo el pulso a sus necesidades y recibo retroalimentación y contacto personal. Aproximadamente el 50% de los usuarios activos de Facebook ya no publican más de una actualización al mes. Además, las energías de la última lunación han hecho que un gran colectivo en pleno despertar espiritual se plantee sus relaciones personales y esté meditando abandonar el mundo virtual, por el gran costo emocional que suponen las equivocaciones que todos cometemos y que ésta luna ha dejado al descubierto: Nos sentimos resentidos, asustados y culpables. En la historia que nos ha tocado vivir, además, nos enfrentamos al reto de la salud, con enfermedades derivadas de nuestro estilo de vida alejado de la naturaleza, con alergias alimentarias, cansancio crónico, fibromialgia y malestar y las redes sociales están más vacías que nunca por la entrada del otoño con sus cambios de temperatura y de presión atmosférica.


Yo también, justo ahora que empiezo a encaminar mi trabajo, he estado meditando sobre continuar adelante con mis sueños. Tenía una conversación con una colega, canalizadora de los mensajes de los Ángeles, ésta semana, y ella me contaba como, más y más, las personas se acercan a ella y se alejan desilusionadas al comprender que es una profesional que cobra por sus servicios. Y reflexionaba si en un mundo virtual, como es internet, en que todo es gratis, no habría perdido el valor el trabajo que ella hacía y si perdíamos el tiempo con nuestro trabajo.



EL EGO ES UNA BARRERA QUE HAY QUE SALTAR


Heisenberg sabe de lo que hablo


Cuando una persona llega a mi consulta para una Sesión de Guía Espiritual lo suele hacer en momentos vitales justo como éste que estamos pasando mi colega y yo ahora mismo, y en el que sé que muchos os sentís reflejados, momentos de gran desánimo tras luchas importantes, en las que hemos puesto toda la carne en el asador y dejado los restos y las cosas parecen ir, paradógicamente, peor que nunca. Y el desánimo nos embarga. No una sencilla sensación de desilusión, sino una profunda pena producida por haber dado lo mejor de nosotros mismos, haber puesto en juego nuestros sueños, habernos puesto en una situación de vulnerabilidad en la que podemos ser dañados en nuestro interior, y ver que como si todo y todos se aliaran en nuestra contra para no dejarnos avanzar. Estamos siendo dañados de verdad.


Nada más lejos de la realidad.


Muchas personas, al conocerme y conocer mi historia, me preguntan cómo es que los sanadores y curanderos, y las personas que nos dedicamos a temas espirituales, pareciera que tenemos mala suerte, sufrimos enfermedades graves, historias familiares complicadas o de abusos, problemas económicos importantes, y si no es esto contradictorio con nuestro trabajo. Lo cierto es que es muy difícil encontrar personas que, con una vida bonita y fácil, un gran trabajo, una salud de hierro o una cuenta corriente boyante, se preocupen por la vida espiritual, más allá de una misa y un gracias. Las personas con una salud de hierro no suelen tener motivación para dedicar gran parte de su vida a aprender cómo curarse, o aquellos con una familia amorosa y plena no aprenderán a liberarse de las heridas emocionales familiares y podrán guiar a otros en el proceso. Detrás de cada vocación hay una historia de pruebas y superación. Es así cómo aprendemos y nos capacitamos para ser una inspiración para otros. Estamos aquí para disfrutar de la experiencia de la materia pero, con ella, vienen las esclavitudes del Ego, y la vida nos presentará prueba tras prueba para ayudarnos a liberarnos de la baja vibración de las exigencias del Ego y vibrar en rangos más elevados de Amor, el lenguaje del Alma, porque sólo así la experiencia material se convierte para nosotros en el regalo divino que es.


LA VALLA 99


Así andamos


Estamos encerrados en la cárcel del Ego. Una cárcel de energías pesadas y asfixiantes que cortan toda comunicación con el mundo espiritual, interior y exterior. Una cárcel construida por mentiras de los Mass Media, religiones, política, educación represiva y tabúes sociales, que convierten el niño espiritual y pleno en el que nos encarnamos en ésta realidad, un niño que viene con la inocencia, curiosidad y capacidad para el disfrute pleno de la materia de la que está conformada ésta Tierra en la que vivimos, en un adulto asustado, lleno de "necesidades" materiales falsas, orgullo, prejuicios y miedos (a los demás y a nosotros mismos), incapaz de escuchar el mensaje alto y claro que su Alma, en contacto con el Espíritu Universal, nos grita a cada momento. Esta cárcel del Ego está rodeada de 100 vallas, a cada cual más alta. Mientras nos mantengamos en la cárcel, las pruebas son mínimas, y la única dificultad a la que nos enfrentamos es vivir con la sensación de opresión, "ese agujero que tengo dentro" que produce no saber qué hacemos aquí, más la necesidad continua y creciente de acumular bienes materiales, y de trabajar más y más para conseguirlos. Son los Trabajos Forzados de la cárcel del Ego.


Si nos atrevemos a mirar más allá, a seguir los llamados de nuestro corazón, tendremos que ir saltado vallas. Las primeras no son complicadas, algo de resistencia social, miedo al ridículo o a la pobreza, temor al ridículo o el qué dirán. Pero cuanto más avancemos, cuanto más nos alejemos de la cárcel del Ego, las pruebas, las vallas, serán cada vez más altas, dolorosas, difíciles, complicadas. Nos alejarán más y más de lo qué conocemos, de los seres que queremos o creemos que necesitamos, atrapados, como nosotros antes, en la cárcel del Ego. El Mundo que conocemos se "aliará" en nuestra contra. Si aún así tenemos los arrestos para continuar, la situación será cada vez más difícil y grave. Es el proceso de Purificación. Para, justo al superar la valla 99, hacernos sentir que es imposible continuar más allá. Tras ella, tras esa valla, está el campo abierto y despejado de la libertad. El campo que apenas entrevemos en nuestra niñez, con el que soñamos en sueños, que nuestra Alma añora y anhela. NUESTRO SUEÑO.



QUE LE DEN AL MIEDO... ¡AMOR!



El Amor es la llave


Me lo preguntaba una amiga en Facebook el otro día. ¿Cómo saltar esa última valla? Pues bien. No se puede. No hay fuerza viva de voluntad que te pueda hacer saltar esa valla. No es practicable, no se puede trepar, rodear o minar. Llega hasta las estrellas, está construida de adamantium, tiene mil tropillones de metros de largo y de alto.

No la podrás saltar jamás.

Esa valla está construida de puro miedo, de la energía vibracional más baja del Universo, de larvas astrales, de heridas familiares profundas, de ignorancia en tu propio potencial. Es tan negra, oscura y densa que se come toda la luz y la vida a tu alrededor, te drena la energía, te quiere aniquilar. Es el pavor que nos producen "los otros" el cemento con el que se levanta, es el terror a nuestro propio éxito lo que endurece sus cimientos,

Así que deja de intentar saltarla. Porque, para alcanzar tus sueños, la respuesta llegados a éste punto no es seguir hacia delante, ni intentar (otra vez) lo que sabes imposible y nunca te ha funcionado. Ni abandonar, darte la vuelta, saltar de nuevo las 99 vallas que con tanto esfuerzo superaste y volver a encerrarte en la cárcel del Ego, llena de rencor y de envidia por los logros de los demás. Nada de eso funcionará, creeme. Lo sabes, porque lo has probado antes. Te queda otra prueba que superar. La más difícil y complicada. La más extraña.

Es el Salto de Fe.

Así que deja de intentar saltar tu última valla. Porque la respuesta a esta pregunta está en dejar de hacer NADA. Tienes que dejarte llevar. Dejar de controlar la situación. Dejar de saltar, de luchar. Tienes que dejarte ir. Tienes que enviar al Universo la intención de lo que quieres que ocurra en tu vida, de una manera positiva. Y, entonces, centrarte en el Amor. El Amor que hay en tu vida, en el Amor que tienes dentro, en dar Amor a raudales a los demás, en dar a los demás lo que tú necesitas para ti. Porque el Amor es la criptonita de esa valla insalvable. El Amor la hará saltar en pedazos, explotar en humo como la gran ilusión que es. La última valla del Ego.


Y, entonces, por fin, serás libre.


Mucho Amor.

Maeve




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